Es importante que desde el principio el paciente comprenda su lesión y entienda el dolor que pueda sentir.
Recuperar y mejorar, el objetivo
Recuperar o mejorar la forma y funcionalidad del cuerpo tras un accidente, cirugía, … requiere un plan de trabajo por etapas, ajustado a las circunstancias y “velocidades” de cada persona (tipo de lesión, alcance, estado físico general, ...), en el que se va avanzando a medida que se consiguen objetivos
Una vez el cuerpo ha comenzado su proceso interno de curación, abordamos en primer lugar cómo ayudarlo a recuperar la capacidad de movimiento, y por tanto la movilidad previa, sobre todo trabajando sobre los tejidos blandos y con ejercicios terapéuticos que favorezcan la flexibilidad, teniendo también presentes las áreas que puedan verse afectadas indirectamente.
Alcanzado este objetivo, entramos en la recuperación de la fuerza, importante sobre todo en los casos que han generado pérdida de masa muscular y debilidad en las articulaciones, sin perder nunca de vista la resistencia cardiovascular.
El acompañamiento directo con el paciente, por otra parte, nos permite analizarlo e identificar posibles deficiencias y su alcance, por lo que nuestro plan también incluye, si lo necesita, trabajo específico en equilibrio (por ejemplo tras un daño cervical), propiocepción, agilidad, coordinación de movimientos, ….
Lo más importante, antes de comenzar, es que el paciente comprenda su lesión y entienda la posible presencia de dolor, los impedimentos actuales que ocasiona, y las consecuencias de no abordar su tratamiento de forma decidida.
Comprendemos que a veces el tratamiento es necesariamente más largo de lo que le gustaría pero, para llegar al éxito, es imprescindible la constancia y que el trabajo sea en equipo, con el esfuerzo e implicación del paciente guiado en todo momento por su fisioterapeuta.
¡Gracias por confiarnos vuestro cuidado!
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